A todos cuando nos pregunta sobre el libro electrónico contestamos que nos gusta más el de papel. La sensación de tenerlo en las manos, el olor que desprende. Es algo mucho más íntimo, más personalizado.
Hoy, en una lista de correo, he leído una reivindicación del libro de papel, atribuida a Pérez-Reverte, preciosa:
"Mucho se equivocan, pienso una vez más, quienes afirman que una tableta electrónica borrará el libro de papel de las necesidades humanas. Porque un libro no sirve sólo para leer. Sirve también para que su peso tranquilice las manos lectoras, para subrayar y ajar sus páginas con el uso, para regalar el ejemplar leído a personas a las que quieres. Para ver amarillear sus páginas con los años sobre los viejos subrayados que hiciste cuando eras distinto a quien ahora eres. Para decorar -no hay cuadro ni objeto comparable en belleza- una habitación o una casa. Para amueblar una vida."
Sin embargo, una cosa no quita la otra: Puedes tener libro electrónico y también de papel